ACTIVITATS - Visites guiades a la frontera de Portbou. Un viatge a la història de Benjamin i Portbou, en l'escenari simbòlic d'una geografia que es constitueix en memòria viva / ACTIVITIES - Guided tours of the border Portbou. A trip to the history of Benjamin and Portbou on stage a symbolic geography that is living memory / AKTIVITÄTEN - Führungen durch die border Portbou. Ein Ausflug in dieGeschichte von Benjamin und Portbou auf der Bühne eine symbolische Geographie, die in lebendiger Erinnerung ist / ACTIVIDADES - Visitas guiadas a la frontera de Portbou. Un viaje a la historia de Benjamin y Portbou, en el escenario simbólico de una geografía que se constituye en memoria viva

dilluns, 8 d’abril del 2013

La parábola del sembrador.



La parábola del sembrador.-  ( Mateo 4.1.9)

El sembrador salió a sembrar.

Parte de las semillas cayeron en el camino y vinieron los pájaros y las comieron.
Otra parte cayó en el pedregal y entre los espinos.

A vosotros os es dado saber más de lo que se os ha dado. Porque a cualquiera que tiene se le dará y tendrá más, pero al que no tiene, aún esto le será quitado. Porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.

De manera que se cumple la profecía de Isaías: “De oído oiréis pero no entenderéis. Y viendo veréis, pero no percibiréis”. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos. Para que no vean con los ojos y oigan con los oídos y con el corazón entiendan y se conviertan y yo los sane.

Pero bienaventurados vuestros ojos,  porque ven y vuestros oídos, porque oyen.

Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.

A vosotros os es dado saber más de lo que se os ha dado.

A vosotros se os ha dado todo lo necesario. Hijos de la fe del padre, del que creyó y fue capaz de materializar la fe en su hijo. En este ser engendrado, en palabras de Borges, para el arriesgado y hermoso juego de la vida; para vivir. Fue sembrado en el gran campo de la vida, para ser. Todo le fue dado y sin embargo parte de la semilla de vertió fuera del campo y se perdió. El sembrador consideró, entonces, más importante lo perdido, lo que no fue que no todo lo que tenía, todo lo que era. Renunció, aferrado a lo que dejó de ser. Nada tuvo y por ello aún esta nada le fue quitada. Por eso afirma Walter Benjamin, que no es sino por los desesperados, que nos es dada la esperanza. Que ellos no lo consiguieran, que dejaran su piel en el empeñó, no significa que nosotros debamos renunciar a ello. Por esto la frase es un grito a la esperanza; a la esperanza que nos evita renunciar, tirar la toalla; dejarse llevar por el pesimismo de estas semillas que crecieron en terreno pedregoso, entre los espinos. El que renuncia pierde su esperanza, deja de tener fe, de crecer, de ser; sus semillas no se sembraron en el lugar apropiado. Estériles no dieron nada y por eso todo les fue quitado. Viendo no ven y oyendo no oyen y por ello son incapaces de entender.

El corazón se ha engrosado, ha perdido su sensibilidad y su fuerza, ya no es capaz de amar y sus oídos oyen pesadamente. Este hombre es el campo en que no va a crecer nada: duro, seco, leñoso, insensible; incapaz de visualizar algo, que no sea a si mismo; instalado permanentemente en su pérdida, no puede ganar nada. ¿Quién podrá sanarlo, si permanece ciego, mudo y sordo?

Sólo la enorme fuerza del amor hará que las semillas crezcan, se desarrollen y den su fruto. Sólo la elaboración de la voluntad hará posible la construcción de una esperanza sólida y fecunda. Bienaventurados los que creen porqué engendraran hijos.